El presidente del Gobierno subraya en la Universidad de Columbia que la inmigración debe afrontarse con humanidad, cooperación y soluciones legales, marcando distancias con los discursos que fomentan el miedo y la exclusión.
En su intervención en Nueva York, Pedro Sánchez defendió la inmigración como un fenómeno que aporta riqueza cultural, progreso económico y cohesión social, alejándose del enfoque que la concibe como una amenaza. Aunque no citó de manera explícita a
Donald Trump, el presidente del Gobierno criticó las políticas que buscan endurecer las fronteras y levantar muros, insistiendo en que los migrantes son personas que, en la mayoría de los casos, huyen de la violencia, la pobreza o la falta de oportunidades.
Sánchez destacó que España ha demostrado que la integración es posible, señalando que en los últimos años se han incorporado alrededor de dos millones de inmigrantes y, a la vez, el paro ha descendido de forma notable.
Asimismo, instó a la comunidad internacional a no mirar hacia otro lado ante las crisis humanitarias, mencionando la desigual reacción frente a conflictos como Ucrania o Gaza.
Con un mensaje de firmeza, pidió reforzar la cooperación con África y garantizar vías seguras y legales, subrayando que la apertura no significa ingenuidad, sino compromiso con los derechos humanos y con un orden mundial más justo.