Con un aumento acelerado de los casos de influenza en todo el territorio, varias comunidades autónomas han superado los picos de los últimos años y se han activado medidas de prevención sanitaria. Las autoridades instan a intensificar la vacunación y las recomendaciones de higiene para frenar la expansión del virus.
La temporada de gripe 2025–2026 en España ha entrado oficialmente en fase epidémica y está registrando un incremento muy superior al observado en campañas recientes, con cifras que han llevado a algunas comunidades a notificar récords de incidencia y presión sobre los servicios de salud.
Según los últimos datos epidemiológicos, la incidencia de casos ha aumentado de forma explosiva en apenas una semana, con la Comunidad de Madrid registrando más de 19 300 contagios entre el 1 y el 7 de diciembre, lo que representa un incremento del 145 % respecto a la semana anterior.
En múltiples regiones como Cataluña, Aragón y el País Vasco las tasas de infección por influenza superan con creces los umbrales habituales para esta época del año, y en varias zonas ya se utilizan medidas específicas de contención.
En respuesta a la situación, Cataluña ha reintroducido la obligatoriedad del uso de mascarillas en centros sanitarios, hospitales y residencias de mayores, con el objetivo de proteger a los grupos más vulnerables ante la elevada transmisión del virus.
Paralelamente, otras comunidades han recomendado también el uso de mascarillas en espacios cerrados y han informado de un aumento considerable en la demanda de productos sanitarios como mascarillas y geles desinfectantes.
Los expertos sanitarios subrayan que la epidemia gripal ha llegado semanas antes de lo habitual, lo que ha sorprendido a muchos servicios de vigilancia epidemiológica.
Esta anticipación está vinculada a la circulación de variantes del virus de la gripe que facilitan una mayor transmisión entre la población.
Aunque el virus no parece causar una forma de enfermedad más grave que en temporadas previas, la combinación de un inicio temprano, alto número de contagios y presión acumulada sobre los servicios de atención primaria y urgencias representa un desafío para el sistema sanitario.
Ante este escenario, las autoridades y profesionales sanitarios han insistido en que la vacunación antigripal continúa siendo la principal herramienta de prevención, especialmente para los colectivos con mayor riesgo como personas mayores, embarazadas y pacientes con enfermedades crónicas ya que reduce el riesgo de complicaciones graves y hospitalizaciones.
Además, llaman a mantener medidas de higiene básicas como el lavado frecuente de manos, el uso de mascarillas en espacios de riesgo y evitar el contacto con personas vulnerables cuando se presenten síntomas gripales.
En muchas comunidades autónomas, el Sistema de Vigilancia de Infecciones Respiratorias Agudas (SiVIRA) ha detectado además un fuerte aumento de consultas por síndrome gripal, lo que confirma que la gripe está siendo el principal responsable de la ola de infecciones respiratorias que ya se extiende por gran parte del país.
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