Gabrielle evoluciona a borrasca extratropical dejando fuertes lluvias, cortes de carreteras y suspensión de clases en varias zonas del este peninsular. El sistema ya provoca inundaciones y afectaciones que obligan a movilizar emergencias, mientras las autoridades alertan del riesgo extraordinario por lluvias torrenciales.
El fenómeno meteorológico conocido como Gabrielle ha transitado hacia una borrasca extratropical con consecuencias muy graves para España. Al menos siete comunidades autónomas se encuentran bajo aviso por lluvias y tormentas intensas, algunas con alerta roja declarada, lo que refleja el carácter extremo del temporal.
Las precipitaciones torrenciales han provocado inundaciones repentinas, especialmente en zonas vulnerables como barrancos o ríos de desagüe. En el municipio valenciano de Aldaia, por ejemplo, el barranco de La Saleta ha desbordado, anegando calles y complicando el tránsito urbano. Las cifras no son menores: en apenas 30 minutos se registraron cantidades de lluvia superiores a 40 mm, un volumen que sobrepasa con creces la capacidad de drenaje habitual.
En Tarragona, las comarcas del Montsià y Baix Ebre han visto suspendidas las clases debido al riesgo inminente, mientras que en aquellas áreas los embates de la tormenta han obligado a cerrar carreteras y afectar el abastecimiento eléctrico. Algunas vías, inundadas o colapsadas, permanecen cortadas para salvaguardar la seguridad de conductores y peatones.
La provincia de Aragón se cuenta entre las más afectadas. En localidades como María de Huerva y Cuarte, bomberos han atendido rescates de personas atrapadas en vehículos sumergidos por el agua. Incluso se registraron incidentes complementarios como fugas de gas en núcleos urbanos afectados por lluvias persistentes, lo que complicó aún más la labor de emergencias.
Las autoridades meteorológicas han advertido que la situación continuará agravándose en las próximas horas. En comunidades como Valencia y Castellón se ha decretado la alerta roja, con especial atención a barrancos y cauces secos que podrían activarse sin previo aviso. Las recomendaciones oficiales instan a la población a evitar desplazamientos innecesarios, mantenerse informada y no subestimar los avisos de protección civil.
Este episodio pone de relieve la necesidad de reforzar infraestructura hidráulica, mejorar los sistemas de alerta y elevar la conciencia ciudadana ante fenómenos meteorológicos extremos. Gabrielle, lejos de ser una borrasca común, marca un punto de inflexión en la magnitud del riesgo pluviométrico para zonas tradicionalmente sensibles. La coordinación entre administraciones, cuerpos de emergencia y ciudadanos será clave para mitigar los daños y responder de forma eficaz a todos los frentes abiertos.