España entra en fase epidémica por la rápida expansión de la variante K de la gripe, que adelanta el pico de contagios y multiplica los síntomas intensos a pocos días de la Navidad
Las autoridades sanitarias españolas han confirmado que la variante K del virus de la gripe A(H3N2) está en plena expansión y ha colocado al país en fase epidémica varias semanas antes de lo habitual, justo cuando faltan pocos días para las celebraciones navideñas.
Aunque los expertos insisten en que esta variante no provoca cuadros clínicos más graves que la gripe estacional clásica, su alta capacidad de transmisión y su aparición adelantada en el calendario gripal están provocando un preocupante aumento de contagios, tensionando ya los servicios de Atención Primaria y urgencias hospitalarias en distintas comunidades.
Según los especialistas en Salud Pública, la subvariante K presenta mutaciones en la proteína hemaglutinina que le permiten evadir parcialmente la inmunidad generada por vacunas o infecciones previas, facilitando su rápida circulación.
Entre los síntomas más característicos se encuentran: fiebre alta de aparición súbita, dolor corporal generalizado, fatiga intensa y malestar general, tos seca, dolor de garganta y de cabeza, dificultad para dormir, pérdida de apetito, diarrea y dolor de estómago.
En niños, además de estos signos, puede observarse dolor de oído y apatía o menor actividad.
Pese a que los cuadros clínicos no son, en términos generales, más graves que los de la gripe común, los expertos advierten que el incremento absoluto de casos puede traducirse en más hospitalizaciones y un aumento de la presión asistencial en un sistema de salud ya saturado por la temporada invernal.
En regiones como Baleares y Cataluña, incluso se han superado umbrales epidémicos antes de lo esperado y se han recuperado recomendaciones o medidas como el uso de mascarillas en centros sanitarios y residencias para mitigar la transmisión.
Ante esta situación, las autoridades sanitarias y especialistas hacen un llamamiento a la prevención y responsabilidad individual: reforzar la vacunación antigripal especialmente en mayores de 65 años, personas vulnerables y profesionales sanitarios y mantener medidas básicas como el lavado frecuente de manos, la ventilación de espacios cerrados y el uso de mascarilla ante la aparición de síntomas.
Aunque la eficacia de las vacunas frente a la variante K puede ser algo menor, los expertos destacan que sigue siendo la herramienta más efectiva para reducir complicaciones.
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