Máxima preocupación en torno al estado de salud del jugador del PSG Sergio Rico. En su comunicado diario publicado este miércoles al mediodía, el Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla indica que el portero del Paris Saint-Germain permanece en estado «estable» dentro de la gravedad de sus lesiones.
Así, Rico se mantiene estable, sedado, con vigilancia estrecha y monitorizado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), donde ingresó el pasado domingo, siendo evacuado de la Aldea de El Rocío en un helicóptero medicalizado del 061 por las graves heridas que sufrió en la cabeza por las coces de un caballo en la Romería del Rocío (Huelva).
«Tras 72 horas de evolución en cuidados intensivos en el Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla, Sergio Rico se mantiene estable dentro la gravedad de sus lesiones», se informa en la nota de prensa, que no menciona una mejora o empeoramiento del estado del guardameta.
«Continúa bajo los efectos de la sedación, con vigilancia estrecha y monitorización, siendo atendido por el equipo de Medicina Intensiva en consenso con otros especialistas de forma multidisciplinar», especifica la nota de prensa.
Su esposa, Alba Silva, no se aparta de su lado. Este lunes la periodista e influencer rompía su silencio a través de Instagram para agradecer las muestras de cariño que está recibiendo desde que Sergio sufrió el accidente. «No tengo palabras para definir cómo me siento», aseguraba. Y abundaba: «Sergio tiene a muchísima gente orando por él y es muy fuerte».
Asimismo, Alba compartió una foto junto a Rico el día de su matrimonio el verano pasado: «No me dejes sola mi amor porque te juro que yo no puedo, ni sé vivir sin ti». Pero no pierde la esperanza en la recuperación del guardameta: «Te estamos esperando mi vida, te amamos tanto».
Tras llegar al hospital a primera hora de la mañana del martes para estar al lado de su marido, la periodista dejaba el lugar en torno a las 12:00 horas para descansar un rato. Acompañada por varios familiares, Alba no pudo evitar romperse al ser cuestionada por el estado de salud de su marido y, conteniendo a duras penas las lágrimas, contestó que no podía decir nada. «Lo estamos pasando muy mal», reconoció.