Desde Nueva York, el Presidente del Gobierno ha insistido en que tanto Begoña Gómez como David Sánchez son inocentes, y reclama que si la Justicia les da la razón, ese fallo reciba la misma atención que las actuaciones actuales del juez instructor.
En una rueda de prensa celebrada tras su intervención en el 80.º período de sesiones de la Asamblea General de Naciones Unidas, el presidente Pedro Sánchez defendió enfáticamente la inocencia de su esposa, Begoña Gómez, y de su hermano, David Sánchez, ante las imputaciones que ambos enfrentan en sede judicial.
Al ser cuestionado, afirmó: “El tiempo pondrá las cosas en su sitio. Nos toca defender la verdad; mi hermano y mi mujer son inocentes”.
La afirmación se produce justo después de que el juez instructor, Juan Carlos Peinado, anunciara que si se formaliza el juicio oral contra Gómez por presunta malversación deberá ser juzgada ante un jurado popular, lo que añade un componente de gran expectativa mediática al proceso.
En paralelo, la Audiencia Provincial de Badajoz ha confirmado el pase al banquillo de David Sánchez por supuestos delitos de prevaricación y tráfico de influencias.
Sánchez expresó su malestar por el tratamiento informativo del caso, señalando que espera que, en el momento en que la justicia dicte su fallo si les exime de culpabilidad éste tenga la misma resonancia pública que las decisiones adoptadas en la fase preliminar del caso.
En sus palabras, “cuando eso suceda y la Justicia así lo dicte, tenga la misma repercusión mediática que tiene ahora mismo todo lo que está planteando el juez Peinado”.
La insistencia del presidente en sostener la inocencia de sus allegados llega en un contexto político de alta polarización, donde las acusaciones y defensas públicas adquieren peso no solo en lo jurídico, sino también en el ámbito de la opinión pública.
Sánchez concluyó la comparecencia subrayando que no rehuye el debate pero que, en su opinión, corresponde que los hechos y no las versiones determinen la evaluación colectiva del caso.
