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Un joven se tira por el balcón en Tarragona tras sufrir bullying en el colegio

Una familia de La Ràpita (Tarragona) ha denunciado el intento de suicidio de su hijo Pol de 15 años.

Una familia de La Ràpita (Tarragona) ha denunciado el intento de suicidio de su hijo Pol de 15 años, con un grado leve de autismo, hospitalizado desde el pasado lunes tras lanzarse desde el balcón de un cuarto piso y que era víctima de burlas en el colegio. Es el segundo caso, junto con el de las gemelas de Sallent, de menores que tratan de quitarse la vida en una semana lanzándose por el balcón.

El niño «milagrosamente ha sobrevivido a una caída de 14 metros«, pero tiene «brazos, piernas y dos costillas rotos, además de dos vértebra fracturadas» y «ya lleva varías cirugías«, ha hecho público el padre, Josep Gual Rebull, en las redes sociales «a petición» de su hijo.

Los hechos tuvieron lugar el lunes 20 de febrero por la tarde. El 112 recibió el aviso a las 16.11 h de que un joven se había precipitado desde un inmueble, en la calle Pirineus 13 de la Ràpita. La caída desde una altura de 14 metros le provocó fracturas en brazos, piernas, costillas y vértebras, y ha tenido que ser intervenido en varias ocasiones.

Los Mossos d’Esquadra han abierto una investigación de oficio, para conseguir información sobre los hechos y enviar un informe al juzgado de Amposta encargado del caso.

El niño «milagrosamente ha sobrevivido a una caída de 14 metros», pero tiene «brazos, piernas y dos costillas rotos, además de dos vértebras fracturadas» y «ya lleva varías cirugías», ha hecho público el padre, Josep Gual Rebull, en las redes sociales «a petición» de su hijo.

«No sé por dónde empezar, mi mujer y yo estamos pasando los peores días de nuestras vidas», empieza el post del padre, que se acompaña de una fotografía del menor en el hospital, donde se puede ver la gravedad de su estado.

Según el progenitor, Pol «tiene un grado de autismo» y «dificultades para relacionarse, pero es muy inteligente y se da cuenta de todo lo que le rodea».

Al parecer, según el testimonio del padre, antes de arrojarse el adolescente dejó escrito que no quería vivir «en un mundo donde la mala gente es aplaudida y las personas sensibles, nobles y de buen corazón siempre tienen las de perder».

El padre considera que su hijo no era víctima «directamente» de acoso, aunque añade que «hay muchas maneras de hacer sentir mal a las personas y todo suma» y que Pol era víctima de risas y de expresiones como «este tío es un rarillo, míralo cómo se mueve, no se relaciona con nadie».

«Y así estaba completamente solo día tras día, en la hora del patio, en la biblioteca, para no recibir burlas», deplora el padre, que lamenta que «hasta que llega un día en el que su mente lógica dice …qué hago yo aquí, ya no me quedan momentos de felicidad».

El progenitor añade que «los padres son muy importantes» pero «en esta fase de la vida la relación con sus iguales es vital».

Según afirma Josep Gual, su hijo «quiere ponerse bien para empezar una nueva vida y poder explicar su experiencia y concienciar a los adolescentes de que con su actitud pueden provocar estas situaciones».

A preguntas del Diari, fuentes de Educació de la Generalitat de Catalunya explican que el departamento «activó la Unidad de Apoyo al alumnado (USAV) y una investigación interna al tener conocimiento de los hechos». Desde el Ayuntamiento de La Ràpita no se ha hecho ningún comunicado y remiten al seguimiento del caso que hace el Departament d’Educació y los Mossos d’Esquadra.

En el Instituto Alfacs aparecieron la semana pasada unas pintadas de apoyo a Pol y contra el bullying.