La vacuna de ARNm contra el cáncer en investigación, llamada autogene cevumeran busca ‘entrenar’ a las células inmunitarias para que protejan al cuerpo de las células cancerígenas
La vacuna en fase experimental para tratar el cáncer de páncreas basada en ARN mensajero (ARNm), autogene cevumeran, ha revelado su potencial para estimular una respuesta inmune y reducir el riesgo de que la enfermedad regrese, después de la cirugía. Nuevos datos presentados por investigadores del Memorial Sloan Kettering Cancer Center (MSK) de Nueva York (Estados Unidos) han hecho públicos los resultados del ensayo clínico en fase 1.
Los nuevos resultados revelan que la vacuna, candidata contra el cáncer activó células inmunitarias que persistieron en el cuerpo hasta tres años después del tratamiento en ciertos pacientes. Además, una respuesta inmunitaria inducida por la vacuna se correlacionaba con un riesgo reducido de que el cáncer reapareciera.
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La vacuna de ARNm contra el cáncer en investigación, llamada autogene cevumeran (BNT122, RO7198457), se desarrolló en colaboración entre BioNTech, una empresa de inmunoterapia, y Genentech, miembro del Grupo Roche. En el ensayo están participando unos 260 pacientes en todo el mundo.
Los resultados fueron presentados por el cirujano científico de MSK, Vinod P. Balachandran, en la reunión anual de la Asociación Estadounidense para la Investigación del Cáncer (AACR), que se lleva a cabo en San Diego del 5 al 10 de abril.
Las vacunas contra el cáncer, basadas en ARNm busca ‘entrenar’ al cuerpo para que se proteja de células cancerígenas
En el ensayo clínico de fase 1, las vacunas se fabricaron a medida para cada participante en función del perfil mutacional de su tumor individual. Las vacunas terapéuticas contra el cáncer basadas en ARNm tienen como objetivo enseñar a las células T (células inmunitarias especializadas que protegen al cuerpo de patógenos y cáncer) a reconocer proteínas que se encuentran exclusivamente en sus tumores pancreáticos, llamadas neoantígenos. Esto alerta a las células T de que las células cancerosas son extrañas. El objetivo de este enfoque es entrenar al cuerpo para que se proteja contra las células cancerosas.
La vacuna fue bien tolerada y que activó las células inmunitarias en la mitad de los pacientes tratados. Ahora, con una mediana de seguimiento de tres años, el equipo continúa encontrando evidencia de una sólida respuesta de células T activadas por la vacuna, según los resultados anteriores del ensayo de fase 1, publicados en mayo de 2023 en ‘Nature’.
Mediante el análisis de la sangre extraída de los pacientes del ensayo, los investigadores encontraron que el 98% de las células T activadas específicamente por la vacuna candidata contra el cáncer no estaban presentes en los pacientes antes de la vacunación, y que en seis de ocho pacientes analizados, los estaban el 80%.